Facultad de Comunicación de La Habana. Lógicamente, allí la comunicación que dan únicamente tiene un camino, una dirección, una utilidad...
No llegué a entender el porqué había tanta gente en esta camioneta... ¿quizás eran obreros?, aunque no lo parece en demasía
¿Gorrillas oficiales?
El malecón habanero... tan parecido al de la Tacita...
¿Sabéis cuánta ilusión, a la par que nostalgia, puede dar a un sevillano el hecho de encontrarse con un autobús de Tussam en La Habana? El consistorio hispalense decidió en 2007 donar los vehículos con más de 18 años a la capital cubana, así, a la par que renovaban su flota de autobuses, contribuían en el desarrollo habanero Igualmente, este gesto vino a demostrar las buenas relaciones existentes entre Sevilla y La Habana (Cabe decir que Cuba no fue el único país favorecido con esta medida, ya que a Costa de Marfil se enviaron autobuses antes incluso que a La Habana)
Una vez concluida nuestra estancia en La Habana (tres días únicamente, que, por cierto, se hacen muy cortos) toca ir hacia Varadero, aunque por el camino nos pasamos por la Ciénaga de Zapata, en concreto por Guamá, una isla turística a la que se accede a través de lancha a motor y en la que se nos viene a poner en la situación de cómo vivían los "shiquillos" de allí antes de la colonización. Allí nos encontramos chozas como en las que vivían los aborígenes, así como esculturas a escala en las que se representan diversas costumbres de las tribus autóctonas.
En esta misma zona se puede visitar el criadero de cocodrilos, donde podrás hacerte fotos con una pequeña cría de poco menos de un metro, y cuyos ejemplares adultos tienen fines netamente económicos, bien sea vendiendo la piel, o haciendo lo propio con la carne (que se puede degustar en el mismo lugar)
Antes de partir definitivamente a Varadero, otra parada en el camino, en concreto en Playa Girón (más concretamente todavía en Caleta Buena), la única ocasión en la que tendremos la oportunidad en el viaje de disfrutar de las aguas caribeñas (en el viaje a Trinidad las volveremos a ver, pero no habrá tiempo de bañarse)
Perdónenme que no haya fotos de Varadero, fotografiar el hotel carece de sentido (menos para las madres, que ellas quieren ver dónde y cómo has dormido, qué has comido, con quién, si había champú o acondicionador...) Así que de Varadero únicamente traígo estas fotos de un atardecer cualquiera, en el que incluso las parejas de novios tienen su momento para fotografiarse.
Pasamos de un atardecer a un amanecer. 6.15 AM, Santa Clara, Trinidad y Cienfuegos esperan. Nueve horas de viaje en autobús (en total) para conocer un poco más, tampoco mucho, lo que esconde esta isla.
La primera parada es el Mausoleo del Che Guevara, un lugar a cuyo interior no dejan acceder con cámaras fotográficas, pero que en el exterior sorprende a propios y extraños por la grandeza de la obra (sí, aunque aquí sólo muestre un par de detalles). Un sinfín de lemas y frases acuñadas al "héroe" cubano se reparten por toda la construcción
A continuación pasamos a Trinididad, una colorida ciudad de carácter colonial considerada como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco. Esta primera foto es la plaza principal, viéndose a la derecha la Catedral.
Ojo a los libros que se venden en una tienda de souvenirs cualquiera, ¿extrañan los títulos?
A Trinidad también se extienden los coches americanos, otro Chevrolet cubano...
Y en La Canchanchachara nos pudimos tomar un vasito de la bebida que da nombre al local, compuesta, tal y como dice la foto, de aguardiente, limón y miel... una mezcla que a unos encantó y a otros nos costó trabajo consumir, pero que había que probar sí o sí
Y por último, a tres días del final del viaje terminaría haciendo la última foto, aunque no lo sabía, pero la vuelta al 'resort' me haría devolver la cámara al fondo de la maleta. Así que, como última foto, otro cartel alusivo al Che Guevara y a lo orgulloso que están en Cuba de su figura. En concreto, esta fotografía fue tomada en la plaza central de la ciudad de Cienfuegos, en la que pudimos disfrutar de una larguísima estancia de poco más de quince minutos...
Gracias por ver las fotografías, por leer las torpes explicaciones, por interesarse por una tierra a la que hay que volver para disfrutar y exprimir, eso sí, evitando la playa.
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