domingo, 2 de junio de 2013

'Espía de Dios': la facilidad de lectura, necesaria

Hace no muchos días me enfrentaba a la lectura de mi segundo libro dibujado por la pluma de Juan Gómez-Jurado, un escritor amante de las redes sociales, de los que interactúa contigo y que te resuelve cualquier duda de sus obras si lo necesitas.

La primera bajo el imperativo de sus palabras en la que me sumergí fue 'La leyenda del ladrón', para mi gusto mucho mejor que la que atañe a este artículo, pero es que por el único hecho de discurrir en Sevilla ya la obra ha ganado por goleada. Sin embargo, la segunda tampoco está nada mal.

Sin querer analizar en demasía este libro -oye, di ya cuál es, ¿no?; ah sí, sí, claro, me refiero a 'Espía de Dios'-, me quedo con la gratísima sensación de haber leído un texto de fácil manejo, que engancha y cuyos puntos de giros -aunque muchas cosas se intuyan, como en cualquier best seller- te harán no querer dejar de leer el siguiente capítulo.

Por tanto, estamos ante uno de esos libros necesarios en la literatura actual, tan denostada por una sociedad que huye de esos papeles apilados y encuadernados con bonitas y coloridas pastas. Es un libro que engancha, que no aburre, fácil de entender y por el que cualquiera volvería a darle una segunda oportunidad a la siempre necesaria tarea de la lectura.

¿Un fragmento con el que quedarme?, sí por supuesto:

"Detrás de esta Iglesia, hecha de sangre y barro que ve ante usted, hay otra Iglesia, infinita e invisible, cuyos estandartes se alzan fuertes hacia el cielo. Esa Iglesia vive en las almas de los millones de fieles que aman a Cristo y su mensaje. Resurgirá de sus cenizas, llenará el mundo, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella"

Próxima parada, David Safier.

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