Todo avanza en rededor de ti. El tiempo no te espera y marcha insostenible hacia el futuro, ahora presente. Tú quedaste atrás hace varias paradas atrás y sólo te montas en ese tren de papel en paradas contadas y siempre tras ingentes saltos que consumen tus esfuerzos.
No te apresures. No te agobies. Es hora de que entiendas de que funcionas de otra manera, de que tu máquina no responde al mismo orden temporal que el resto de pasajeros.
Pero igual que sabes una cosa, también tienes asumido en lo más profundo de ti que, aunque eres de otros tiempos temporales, tú y tu máquina sois tan perfecta cuan reloj suizo.
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