El Ello militar...

Malaje: ¿Qué pasa?, ¿todavía sigues a vueltas con tus cosas?

Uno: ojú, ya saltó el levante, ¿qué te pasa?

Malaje: a mí nada, al que le pasa es a tí, que no te aclaras y cada vez estás más tonto.

Uno: ¿cómo?

Malaje: que si hombre, que últimamente ibas de general o de capitán o de yo qué se qué cosa, y no llegas ni a soldado...

Uno: ¿así empezamos?

Malaje: así empezamos, así seguimos y así terminaremos. Que no aprendes, que pierdes una batalla, y otra y otra... y siempre igual, ¿cuándo vas a salir victorioso chaval?

Uno: cuando el plan trazado sea el correcto, ¿te parece bien?

Malaje: ¿qué plan ni qué plan?, déjate de tonterías y ponte las pilas, que mientras que tú trazas tus planes las tropas enemigas atacan las bases y se hacen con el control de la situación que tú, y repito, tú, deberías tener controlada, ¡que no te das cuenta!

Uno: quillo déjame ya, ¿no?

Malaje: si es que no puedo dejarte, si es que te echas atrás con todo el equipo cuando has conseguido remontar. Si es que eres como una marioneta en manos de un tirititero, ¡que no te das cuenta de nada!, que te piensas que todo se arregla desde aquí y los caballos no se desplazan solos por la tierra en busca de las tropas enemigas, ¡sé tú el que las mueva!, ¡sé tú el que monte a lomos de un corcel y haz tuyo el momento!

Uno: eso es muy fácil decirlo... déjame a mi ya con mis cosas, "arfavó"

Malaje: vale, yo te dejo, pero recuerda dos cosas, uno: tus cosas son también mis cosas, y dos: te vas a quedar aquí tranquilo, vale, pero te estás quedando con el amargo sabor de la derrota... ¡lucha por ello!